Estos textos hablan de la vida y de la muerte de un artesano argentino, de 28 años, Santiago Maldonado, desaparecido el 1 de agosto de 2017 y cuyo cuerpo fue encontrado sin vida el pasado 21 de octubre en el río Chubut, Patagonia argentina.
Por Rolando Gabrielli
CIUDAD DE PANAMÁ, 29 de Octubre – 2017.- La poesía está comprometida con la vida esencialmente, nadie puede negar eso, con la belleza, el amor, la naturaleza, el ser humano y todo lo concerniente a él. Por esa esencialidad tal vez sobreviva, se arranca los ojos para ver más allá de la luz que deben producir sus palabras. Sí, las del poema.
Testimoniar una época también forma parte del oficio de la poesía, trazarla, caracterizarla, reflejarla, negarla o caricaturizarla, como también destacar todos sus matices, grandezas, faltas o simplemente olvidos.
La palabra resiste la tiranía de la imagen y del Estado o del propio hombre, que la inmoviliza.
Este oficio de la palabra no soslaya, ni evita, el tema de la muerte, inherente a la vida y el hombre en particular. Parece un lugar común de la poesía, pero bajar el telón de los días comunes y corrientes de cualquier persona y época no deja de ser un tema que el poeta se siente llamado a atender. Digámoslo sin tanta retórica, que es parte del menú cotidiano de la vida.
Por qué escribe, cómo hace un poema, para qué, de dónde le viene la inspiración, así suman las preguntas en torno a este oficio, que algunos quizás parecieran tener todas las respuestas que no logro tener a mano, porque la poesía tiene sus propias reglas, patrones, musas y dioses. Siempre, para mí, es un territorio, paisaje, lugar, un universo desconocido.
La palabra resiste la tiranía de la imagen y del Estado o del propio hombre, que la inmoviliza… La palabra también enmudece o se multiplica. Tiene fuerza camaleónica, pero debe ser verdadera no sólo en el poema, si quiere expresarse, seguir viva, significar algo. La palabra es de vieja data y la poesía le canta. No ha dejado de cantarla, como si las voces de las sirenas no sólo las escuchara Ulises o algún navegante extraviado.
Con esas mismas alas ha de seguir volando por la eternidad, ciega, muda, coja, cada día más verdadera y audaz.
En este ajetreo de medios y redes, la poesía es una pasajera, una observadora, tal vez una artista del trapecio de la realidad.
En estos tiempos, no sólo la poesía está amenazada, sino la palabra misma, su prestigio que se desprende de la verdad. La retórica en el buen sentido de la palabra. Esta época pareciera morder su propio anzuelo y pescar en río revuelto un pez podrido.
Los medios envenenan la atmósfera del paisaje con el lugar común de la banalidad, el resorte farandulero y el gran basurero de la posverdad. Tienen su propio libreto, lo que no es nuevo, pero ahora sí apuntan al corazón del disco duro de cada lector e internauta. Manchan el porvenir y enredan el presente, como si nada. La poesía es un testigo que testimonia, da cuenta, registra lo inefable y la cotidianeidad. ¿Es una diva venida a menos, cuál es su rostro, tiene algo qué decir, viste a la moda, tiene algún papel en este terrorífico y bufonesco escenario nuclear?
En este ajetreo de medios y redes, la poesía es una pasajera, una observadora, tal vez una artista del trapecio de la realidad o más bien una convidada de piedra, donde el poeta es un autista de la era digital.
En verdad, que la poesía diga lo que tenga que decir.
Santiago Maldonado
Su nombre,
sabemos su nombre,
donde desapareció,
Él,
la palabra,
el cuerpo, el hombre.
Sabemos y no sabemos,
miles repiten su nombre,
es un hombre nada más.
¿Quién tiene su vida?,
preguntamos.
Un hombre que luchaba
por otros hombres,
nada más.
Sabemos dónde desapareció,
Él,
su palabra,
su cuerpo y su voz…
¿Quién tiene su vida?,
preguntamos miles, nada más.
Rolando Gabrielli (2017)
VIDA Y MUERTE
DE UN ARTESANO ARGENTINO
La vida como la muerte suele tener su propia secuencia. Estos textos hablan de la vida y de la muerte de un artesano argentino de 28 años, Santiago Maldonado, desaparecido el 1 de agosto de 2017 y cuyo cuerpo fue encontrado sin vida el pasado 21 de octubre en el río Chubut, Patagonia argentina. La poesía, la palabra, el poema, interrogan acerca de la desaparición de Santiago, como lo hicieron multitudinarias manifestaciones en Argentina, en la ONU y distintas ciudades del mundo. Su desaparición forzada, como señalan sus familiares, duró 78 días y conmovió a la nación argentina y al mundo. Artistas como U2, Bono, Santaolalla, personalidades de distintos paises, reclamaron por la vida de Santiago. El cuerpo sin vida está en manos de los peritos y son ellos los que determinarán las causas de su muerte y qué ocurrió realmente.
La última vida, Santiago
78 días después
Apareció un cuerpo en el río que cruza la comunidad Pu Lof de Cushamen, donde hace más de dos meses reprimió brutalmente la Gendarmería. Fuentes judiciales, familiares y del gobierno nacional le dijeron a Página/12 que se trata de Santiago Maldonado, aunque no hubo confirmación oficial
Adriana Meyer
La última vida, Santiago,
se registra en una foto,
el vivo movimiento de tu cuerpo
y aun así no apareces.
Del muerto probable
aún no sabemos,
si el río, los golpes, una bala,
quién te oculta, dónde, por qué.
El cadáver siempre es el cuerpo del delito.
Rolando Gabrielli (2017)
Chubut, el río
Un río de tortuosas aguas
atraviesa caudaloso mi memoria,
es la palabra y el cuerpo que lo habita,
son sus vivas aguas adonde ha de correr,
la vida en un continuo fluir,
remontar las lejanas horas del Sur,
en sus transparentes, turbias aguas,
las oscuras manos del hombre,
que la muerte,
no deja soñar libre la vida.
Un río es un tiempo ancestral,
dos orillas en un mismo lugar.
En el Sur de estos días,
los días no son los mismos
que el río arrastraba en paz
y a sus anchas sus aguas
hacia el mar.
La vida y la muerte,
juntas huelen los perros,
perros que su olfato no han equivocado.
Es Santiago, es Santiago,
es la muerte, es el horror,
es el río Chubut,
que aparentemente lo ha encontrado.
Rolando Gabrielli (2017)
http://rolandogabrielli.blogspot.com/