Un asado a la chilena, bien regado, con los amigos o la familia. La grasa quemada y las bebidas alcohólicas inundando de dopamina nuestro sistema nervioso… y de colesterol nuestro torrente arterial…
Por: Dr Rodrigo LEAL BÉCKER
Prendió por estas latitudes una curiosa costumbre, propiciada por la publicidad y el sistema económico imperante. Nació como una buena idea, cuando todavía teníamos buen fútbol. Pero, por razones de mercado, nació el imperativo de “celebrarlo todo con un asadito”. Un asado a la chilena, bien regado, con los amigos o la familia. La grasa quemada y las bebidas alcohólicas inundando de dopamina nuestro sistema nervioso… y de colesterol nuestro torrente arterial.
Recuerdo haber leído que uno de los indicadores más confiables del progreso económico de un país es salir a comer afuera. Almorzar en algún buen restaurante es divertido, pero es caro. Y si no tenemos dinero, nos quedamos en casa y almorzamos de lo que haya.
Pero se creó este sesgo, lo que implica armar un pequeño banquete en nuestros hogares, ante el más mínimo atisbo de celebración. Quizás no sea sino el hecho de celebrar que estamos vivos, aún.
PROTOTIPO EXITOSO
DEL MACHO ALFA
Entre los estadounidenses existen costumbres similares: “la barbacoa”. El animal grande vuelve a ser el prototipo exitoso del macho alfa. Aunque quizás el dardo publicitario apunte al sector socio-económico medio bajo, ya que los establecimientos que propenden este tipo de conductas se dirigen hacia sectores más bien modestos y poco exclusivos.
La familia chilena tipo es numerosa y bien alimentada. Harto viaje dentro y fuera del país (los programas de viajes están de moda). Se estimula la educación, pero no la cultura. La educación es un buen negocio, pero la cultura no. Nuestros profesionales tienen que aprenderse de memoria elaborados algoritmos y dominar, a la perfección, intrincadas técnicas. Para eso no es necesario pensar; bueno, quizás no demasiado. Todo es importado, todo lo traen de afuera.
Se exalta el nacionalismo en todos los aspectos y sentidos. ¡Viva Chile! Y el resto que se pudra. Son un montón de delincuentes y perdedores. Sólo los extranjeros que demuestren que traen el dinero suficiente, pueden entrar a nuestra patria. Esos sí sirven. El resto que se vaya.
LOS JUEGOS DEL HAMBRE
Recuerdo algunas películas: Elysium o Los juegos del hambre, donde un segmento exclusivo de la población tiene acceso al Capitolio o a una isla artificial flotante, que es como un paraíso donde existe la belleza y la salud.
El resto, vive en basurales y constituyen la mano de obra más barata. Quizás los desperdicios, la pobreza y las enfermedades se aglomeren en los países menos afortunados de nuestro planeta. Eso parece estar bien, en teoría, sólo si estás en una de las zonas más favorecidas.
Un sociólogo escribió que en nuestro país los pobres tienen acceso a todo, o casi todo, pero tienen que esperar. Ese es el sesgo que nos permite nuestra democracia; entonces, con la promesa de alcanzar nuestros anhelos, tenemos que esperar, eternas esperas para el sueño de la casa propia, para una operación en algún hospital público, para el aumento de sueldo, para el ascenso en el trabajo, para una cita furtiva con una chica bonita…
Después de todo, fue el pueblo de Chile, en voluntad soberana, el que eligió este sistema.
Ansiedad… tengo mejor sueldo, tengo mi buena casa y mi despensa está abarrotada. ¡Pero no soy feliz! Corro al centro comercial a comprar, viajo a precios módicos y me la paso en asaditos, que muchas veces terminan en vulgar tomatera.
CRISTIANISMO PRIMITIVO
Nuestro cuerpo es asistido por los milagros de la medicina moderna, pero dejamos nuestra alma a los arbitrios de milenarias tradiciones. Ahí aparecen las religiones, con promesas de vida eterna, basadas en dogmas y con escaso o nulo asidero científico. El alma, o psique, es objeto de estudio y sí hay disciplinas científicas o filosóficas que las estudian. Pero, curiosamente, es ahí cuando volvemos a algo que se parece demasiado al cristianismo primitivo, con preceptos de igualdad, bondad y austeridad que son francamente inaceptables. Mejores son nuestras modernas iglesias: elegantes, bien iluminadas y construidas lejos de las zonas conflictivas.
Las fuerzas armadas son las que mantienen este gradiente de riquezas. Y funcionan impulsadas por el signo pe$o$.
Pero la madre Tierra no está contenta. Son demasiadas las mujeres pobres y enfermas. Y los niños y niñas que ellas engendran están enfermas, están tristes, están asustadas. ¿El equilibrio natural lo ubicamos en el bienestar excesivo, obsceno y aberrante de unos pocos, a costa del sacrificio de huestes de hombres, mujeres y niños?
DIMORFISMO SEXUAL
Las visiones futuristas muestran al hombre y a la mujer casi iguales —o muy semejantes—, con el pelo corto, vestidos con uniformes similares y de líneas estilizadas. No sólo el dimorfismo sexual está desapareciendo, sino que todo lo que nos ata al reino animal.
Tenemos sexo cibernético, con chats de citas automatizados. Carnes y vegetales clonados. Las enfermedades están siendo erradicadas y existen medicamentos contra casi todos los padecimientos humanos. El cosmos está siendo explorado y se les está dando algunas salidas a los desechos y tóxicos humanos. Los animales y plantas están siendo diezmados y algunas especies ya no serán posibles de admirar si no es en los zoológicos. Aún no hemos alcanzado la inmortalidad, pero ya se acerca el día…
¿Que cómo me gusta la carne? A punto, por favor. Sí, con ensalada y algún carbohidrato; choclo, arroz o papas mayo. No, no bebo alcohol, sólo jugos o refrescos. Pero sí les acepto el café de grano… ¡y bien cargado!