Nuevo remake de un clásico del cine de Hollywood, centrado esta vez en el histrionismo de la cantante Lady Gaga, que entrega una excelente prestación tanto dramática como musical…
Por JOBLAR
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
Esta es la cuarta película que se produce sobre la base de la misma fábula: un artista de éxito descubre a una joven desconocida que termina por superarlo, mientras él se autodestruye con el alcohol y las drogas.
La primera, realizada por William Wellman y David O. Selnick (Lo que el viento se llevó), en 1937, tuvo como protagonistas a Fredric March y Janet Gaynor y planteaba el sueño americano desde la perspectiva de Hollywood. La segunda, que es la clásica, reunió en 1954 a tres grandes: Judy Garland, James Mason y George Cukor.
El intento de 1976 es un producto comercial, que se apoya en la exitosa Barbra Streisand, acompañada por Kris Kristofferson; la firmó el guionista y director televisivo Frank Pierson.
En esta nueva versión, cambian los nombres y se actualiza el escenario. Ally (Lady Gaga) es una camarera, que los viernes por la noche canta en francés en un pub de travestis. Jack Maine (Bradley Cooper), estrella del rock, pasa por ahí a completar su ración de gin y la “descubre”. Es un “flechazo” tanto artístico como sexual. La convivencia se desarrolla con felicidad para ambos sobre la base que las 12 notas separan una octava de la otra: es la misma docena, pero puede producir un sonido muy diverso según cómo se la mire.
Pero —siempre hay una adversativa—, Jack es un hombre con problemas desde su niñez y, a lo más, consigue un equilibrio en la relación con su medio hermano (Sam Elliott). Mientras ella sube, él baja. Sin embargo, contrariamente a la figura femenina frágil e ingenua, Ally aparece como una artista ultra pop consciente de lo que vale.
Originalmente, debía dirigirla Clint Eastwood, que quería a Beyoncé como protagonista, pero no fue posible a causa de su embarazo. Se hizo cargo el protagonista, Bradley Cooper, a quien había dirigido en El Francotirador (American Spiner, 2015) y que es vastamente conocido por películas como El lado bueno de las cosas (Silver Linings Playbook, de David O. Russell, 2012).
En cuanto a Stefani Joanne Angelina Germanotta, nacida el 28 de marzo de 1986, resulta toda una revelación. Como Lady Gaga, el público está acostumbrado a verla exhibir sus nalgas desnudas en sus conciertos, maquillada de manera horrenda. Aquí, en cambio, sólo en un comienzo usa unas cejas artificiales, lo que es casi un homenaje a la Streisand, como asimismo basar su baja autoestima en el tamaño de su nariz. El resto es carga dramática y vibrante interpretación de canciones.
Nuevamente triunfa el poder femenino y en buena lid. Al punto que resulta claro que la presencia masculina sólo contribuye a desprestigiarla.
(A Star is Born, USA, 2018)
TRAILER DEL FILM:
“NACE UNA ESTRELLA”
PRODUCCIÓN:
CineMovs Trailers