Apología de la violencia criminal, por vocación o por necesidad, recuerda los mejores films noir de los años ‘40, agregando el elemento feminista de las que tienen poco que perder. Y los afros ya no son pobrecitas víctimas, sino sujetos peligrosos…
Por JOBLAR
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
Steve McQueen (no confundir con el rubio actor de Bullitt y El gran escape) nació en Londres, pero es de origen afrocaribeño. En el 2012, remeció la pantalla con 12 años de esclavitud (12 Years a Slave) de una violencia estremecedora y que presentaba a los miembros de la raza negra como pobres víctimas de la injusticia de la raza blanca.
En esta película, que puede ser definida como un heist movie por el hilo conductor de un golpe minuciosamente planificado, los “malos” son afros y a nadie les gustaría encontrarse con ellos ni siquiera al mediodía en una calle repleta de gente. Ya no son “pobrecitos” perseguidos u oprimidos, sino gangsters con ambiciones políticas y que matan a sangre fría.
Jatemme Manning (Daniel Kaluuya) es un psicópata feroz, de un sadismo que hiela la sangre; su hermano Jamal Manning (Brian Tyree Henry) tiene ambiciones políticas y quiere quitar un distrito de Chicago a la familia Mulligan (Tom es el gran Robert Duvall; su hijo Jack es Colin Farrell). Otro personaje importante es el Reverendo Wheeler (Jon Michael Hill), predicador que maneja las conciencias de los electores y que está lejos de la figura de Martin Luther King.
El caucásico Harry Rawlins (Liam Neeson, según mi opinión, totalmente descolocado en ese papel), que fue masacrado junto a su banda en un enfrentamiento, estaba casado con la afro Veronica (Viola Davis), que ignoraba cuáles eran sus negocios. Ésta recibe un ultimátum de Jamal por una deuda, es amenazada y matan a su chofer, única persona en la que confiaba. Decide, por lo tanto, convencer a las viudas de los “socios” de su marido para dar un golpe. Se trata de la latina Linda Perelli (Michelle Rodriguez) y de la polaca Alice Gunner (Elizabeth Debicki, que se yergue despampanante sobre su metro 90 centímetros de estatura) para dar un golpe que había programado Harry en todos sus detalles. A ellas se une Belle (Cynthia Erivo), una peluquera decidida y aproblemada, que servirá de chofer. El robo permitirá tener el dinero para pagar las deudas contraídas por los esposos.
La trama es bastante más complicada, pero yo me detengo aquí. La cinematografía es impactante: desde el plano secuencia sobre el capó del automóvil, que representa los intereses urbanísticos en juego hasta los grandes primeros planos de ojos y pestañas. Lo mismo dígase del montaje de flashbacks y flashforwards, que desarrollan el relato con referencias como la muerte del hijo o el hallazgo del envase del perfume seguido de la secuencia de la ducha.
Como dato anecdótico, se puede señalar que el origen de la película está en una miniserie inglesa creada por Lynda La Plante, en 1983, y que la adaptación pertenece a la escritora Gillian Flynn, que adaptó Perdida (Gone Girl, 2014) para David Fincher.
McQueen introdujo la multirracialidad al adaptar la acción a la Chicago de hoy en día y la etnia es importante, porque revela la imposibilidad de convivencia entre grupos de personas tratadas de manera radicalmente diversa dentro del sistema. Es una obra política en la que se mezclan temas de género y de raza. Obra política que mezcla temas de género y raza.
Pero todo al mejor estilo de un film noir de los años ‘40, que transforma a la película en una apología de la violencia criminal, por vocación o por necesidad. ¡Imperdible!
(Widows. Gran Bretaña / USA, 2018)
TRAILER DEL FILM:
“VIUDAS”
PRODUCCIÓN:
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