Sin sensiblería ni mover a compasión, esta película británica expone la realidad de lo que ocurre cuando el cáncer irrumpe en la existencia de una pareja mayor, que acepta su condición demostrándose el cariño de siempre…

Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile

Tengo que empezar por el título que, para variar, está equivocado en castellano. El amor de Joan y Tom no tiene nada de extraordinario. Al contrario, “ordinary” en inglés quiere decir “común y corriente”.

Recuerdo, por ejemplo, que la película ganadora del Premio Oscar 1980, dirigida por Robert Redford, se titulaba Ordinary people, y fue traducida  como Gente como uno.

Y, efectivamente, lo hermoso de este amor es que no tiene nada de extraordinario y que puede ser el de muchas parejas que viven en el mundo.

Diversos años de matrimonio se reflejan en la rutina de la sopa “mejorada” con salsa inglesa y a la que el marido —de todas maneras— le pone sal a escondidas; o en las idas juntos al supermercado con las naturales desavenencias acerca de lo que hay que comprar. Es el cariño de los que están juntos, con una hija fallecida en la flor de la edad, que se aman incluso carnalmente y que desean terminar la vida juntos.

Los hermosos planos-secuencia junto al río, con un árbol recién plantado que crece, son el testimonio de la rutina de hacer ejercicio cada día y que pone en evidencia el rol de cada uno: Liam Neeson (con 1,93 m) aparece como un ángel protector de Lesley Maville (con 1,57 m), que se ve frágil, encantada y encantadora cuando él la toma en sus brazos.

La vuelta de tuerca lo constituye el descubrimiento de un bulto en su seno izquierdo cuando Joan se está duchando: es el indicio de un cáncer, que obligará a cambiar a la rutina de la enfermedad y que anuncia la cercanía del destino fatal de todos los seres vivos: la muerte.

De ahí para adelante el escenario no será sólo el departamento, limpio y ordenado, sino también el hospital con los exámenes y la quimioterapia. Y aparecen  otros personajes, que están allí por la misma enfermedad. Todo esto sin sensiblería ni mover a compasión, por lo que me detengo aquí, indicando que la película no se excede ni se queda: su hora y media es suficiente para seguirla con agrado.

Sólo un detalle simpático: Joan acepta que el marido la rape por los efectos de la quimio y, sabiendo que se los van a extirpar, le muestra sus senos (en una secuencia que no tiene nada de erótica) diciendo: “¿Los vas a echar de menos?”. La vida debe continuar.

Quiero sólo añadir que Liam Neeson tiene la posibilidad de no aparecer como el héroe imbatible de las películas de acción que le ha tocado interpretar. Y me hace recordar su drama personal de haber perdido a su esposa Natasha Richardson, en 2009, después de 16 años de convivencia, debido a un accidente de ski, que le provocó posteriormente la muerte por derrame cerebral.

(“Ordinary Love”. Gran Bretaña, 2019)

  

TRAILER DEL FILM:
“UN AMOR EXTRAORDINARIO”

PRODUCCIÓN:
Filmelier MX

 

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