“MATRIX: RESURRECCIONES” — JOBLAR COMENTA ESTRENOS DE CINE

Vuelve el mundo del Matrix, poniendo en juego la memoria del espectador y obligándolo a participar de una ficción que se parece demasiado al mundo tridimensional del que forma parte. Pero, al mismo tiempo, juega con sus recuerdos y puede llevarlo a cuestionar su propia existencia…

Por: José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
 

Esta película resulta una experiencia como abrir un cofre de cachureos de la infancia: allí se encuentran objetos aparentemente perdidos que generan reminiscencias supuestamente olvidadas. Debo decirlo: la “anamnesis platónica” (que mis alumnos entendieron por tantos años gracias a estas películas), funciona más que nunca.

No soy un spoiler por formación ni pretendo serlo con un film destinado a un público cautivo, que sólo espera nuevos derroteros y cuestionamientos.

Así como los hermanos Larry y Andy Wachowski cambiaron de género y ahora se llaman Lana y Lilly, Thomas Anderson (Keanu Reeves) ha olvidado su condición de Neo y se dedica a programar videogames

Todo comienza dentro de una simulación en la que participa la hacker Bugs (Jessic Henwick), que ve como Trinity (Carrie-Anne Moss) escapa de la policía y de los agentes después de un llamado telefónico. Uno de estos últimos es un nuevo Morpheus (Yahya Abdul-Mateen II), programado por Anderson y que ha tomado vida propia.

Absolutamente metanarrativo y pirandelliano, el relato se desarrolla como una cinta de Moebius que se transforma y recompone. Anderson es el creador de “matrix”, una trilogía videolúdica, de la cual Warner Brothers le está pidiendo una continuación a través de su jefe, el antiguo Agente Smith (Jonathan Groff). A pesar del éxito obtenido, tiene dudas porque hay huellas mnémicas que luchan por subir al nivel de la conciencia y, para controlarlas, toma las cápsulas azules que le proporciona su analista (Neil Patrick Harris). Pero hay una imagen que lo obsesiona: Tiffany, una mujer cincuentona con la que se encuentra en un bar junto a su marido y sus hijos. Esto, porque se parece increíblemente a Trinity, su creación virtual.

Por ahí se va a producir el quiebre, porque —cuando el redivivo Morpheus le ofrezca una cápsula roja—, todo comenzará a tomar un nuevo cariz: no se trata de un amor imposible, su mundo es una simulación como los juegos que él inventa, hay todavía una revolución que debe llevarse a cabo.

Completan la acción una satírica mirada a las secuelas cinematográficas y muchas instancias de artes marciales. Para mi gusto excesivas, porque alargan la cinta, pero para los fanáticos serán placenteras.

Después de casi 20 años da gusto ver como los personajes principales fueron envejeciendo con uno, sobre todo Trinity que en la primera parte ya tenía 32 años. Queda la idea que dentro del Matrix la vida no cambia, pero sí en la vida real.

No falta un guiño a la situación política de ciertos países en el mundo. El analista pontifica: “Podrán pintar arcoiris en el cielo, pero el rebaño siempre querrá ser manejado”. Le faltó sólo agregar: “¡Por eso yo voté RECHAZO!”

(“The Matrix Resurrections”. USA, 2021)

 

 TRAILER DEL FILM:
“MATRIX: RESURRECCIONES”
 

PRODUCCIÓN:
Warner Play Latino

 

 

 

 

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