Al estilo de Almodóvar, se conoce una empresa desde el punto de vista del empleador y no del empleado, como suele suceder en el cine. La metáfora es que se trata de una fábrica de balanzas, lo que alude al equilibrio y a la justicia…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
Todos recuerdan a Javier Bardem como el asesino irracional e implacable de Sin lugar para los débiles (Non Country for Old Men, de Ethan y Joel Cohen, 2007). La verdad es que aquí sigue siendo el mismo prepotente, pero no empuña armas de fuego sino sus contactos y la prosopopeya de su aparente bonhomía.
En una semana pueden ocurrir muchas cosas y esta película lo deja muy en claro. Empieza con una pelea entre pandilleros, sigue con una asamblea en una fábrica para anunciar la llegada de una comisión evaluativa para un nuevo premio por buen desempeño y transcurre como una rutina interrumpida por incidentes en desarrollo. Incluso una acción criminal.
El primer incidente es un empleado que ha sido despedido y se instala con pancartas frente a la empresa. Luego vienen los problemas en la cadena de producción por culpa de un jefe, que es amigo de la infancia del dueño y que se enfrenta a una ruptura conyugal. Se inserta una becaria trepadora dispuesta a todo con tal de obtener un buen puesto. Se advierte que los empleados temen, pero no aprecian necesariamente al empresario.
El film es una comedia negra al estilo de Pedro Almodóvar. Lo que cambia, con respecto a tantas otras obras que se dedican a exaltar la lucha de clases y la rebelión de los “trabajadores oprimidos”, es que aquí lo que cuenta es el punto de vista del empleador y no del empleado, del que despide y no del que puede ser despedido. El dueño, como un antiguo latifundista, ve su empresa como una gran familia que él tiene el deber de controlar. Cualquier problema hogareño de un empleado es también su problema, porque a final de cuentas perjudica a la empresa.
Tal vez porque este tipo de personaje es un diablo conocido también en Chile (no por nada fue colonia española y parece que en la Península Ibérica algunos creen que todavía lo es, porque para eso son súbditos de un rey), sus movidas resultan previsibles.
Como las básculas que se producen en la fábrica, todo debe mantenerse en equilibrio. Incluso, si es necesario, con una bala. Pero no necesariamente disparada por una escopeta, como verán los espectadores. Una llamada al director del diario, del alcalde o del funcionario adecuado resuelven cualquier problema sin necesidad de lanzar una moneda al cara o sello.
Pero los tiempos han cambiado y mantener lo establecido tiene un costo. ¡Al menos, así parece!
(“El buen patrón”. España, 2021)
TRAILER DEL FILM:
“EL BUEN PATRÓN”
PRODUCCIÓN:
Trailers In Spanish
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