“MOONAGE DAYDREAM” – JOBLAR COMENTA ESTRENOS DE CINE

Documental faraónico, sobre todo si se ve en IMAX. No es un biopic, sino una reconstrucción cinematográfica relatada en imágenes y música por David Bowie…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte

 

No puedo decir que conozco a David Bowie como cantante. Lo vi actuar en Laberinto (Labyrinth, de Jim Henson, 1986), junto a una adolescente Jennifer Connelly, y —para ser sinceros—, no me pareció nada especial dentro de su maqueta del rey duende Jareth.

Supe que participó en otras películas —como El hombre que cayó a la Tierra (The Man Who Fell to Earth, de Nicolas Roeg, 1976), y Furyo (Merry Christmas, Mr. Lawrence, de Nagisa Oshima, 1976)—, pero (¡que me disculpen mis lectores!), nunca he tenido la ocasión de verlas.

Esta declaración de ignorancia me sirve para dejar en claro que llegué a ver Moonage Daydream sin prejuicio alguno, como un simple espectador. Y así fui testigo de un espectáculo faraónico (espléndido en IMAX), que no pone límites y evidencia que Bowie era un artista de muchas facetas y de un histrionismo a toda prueba.

En dos horas y 20 minutos, un montaje variopinto e incansable muestra la biografía de un músico, compositor, cantante y pintor, con gran dominio del escenario y de la palabra. Esto último, porque su historia se conoce a través de sus numerosas entrevistas. Y el sucederse de imágenes —vintage en blanco y negro y las más recientes en colores—, con gran manejo de cámara y música ensordecedora, tiene un ritmo que me recordó una película psicodélica como El submarino amarillo (The Yellow Submarine, de George Dunning, 1968), que en su momento, me mareó.

El director Brett Morgen, que trabajó cinco años en esta producción asesorado por la familia y los colaboradores de Bowie, logra penetrar sobre todo en la imagen que éste creó para su público entre su nacimiento, en Brixton (Londres, 8 de enero de 1947), hasta su muerte en Manhattan, New York City, New York, USA). Y esa imagen se presenta tan desordenada como las huellas mnémicas que destellan mientras se está dormido o se sueña despierto.

No se trata de un biopic, como el reciente Elvis (de Baz Luhrmann, 2022), que mezcla realidad con fantasía, o de Bohemian Rhapsody (de Brian Singer, 2018), en el que se muestra a muchos personajes que rodean a un homosexual drogadicto), o de Imagine: Lennon (de Andrew Solt, 1988), que es un panegírico descriptivo del ex Beatle.

En Moonage Daydream es el que habla y se exhibe: incluso cuando exhibe a su mujer, la modelo Iman (Iman Abdulmajid, sómala nacida en 1955, 1.75 m), que en algún momento rivalizó con Sean Young (1959, 1.73 m) en Sin salida (No Way Out, de Roger Donaldson, 1987), donde las estrellas eran Kevin Costner y Gene Hackman.

Grabaciones profesionales y personales, dibujos, recortes de prensa, más de 30 canciones con una banda sonora de primera calidad: todo vale para una reconstrucción inolvidable “par lui même”.

(“Moonage Daydream”. Alemania / USA, 2022)

TRAILER DEL FILM:
“MOONAGE DAYDREAM”

 PRODUCCIÓN:
Funcinema Trailers
 

 

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