“BLACK ADAM” — JOBLAR COMENTA ESTRENOS DE CINE

Para los fans de los superhéroes, que pueden entretenerse separando las maquetas de los DC de aquéllas de los Marvel. Entretención sin mayores compromisos ideológicos…

Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

El mundo DC necesita ampliarse en el cine y recurre a un personaje nuevo, que nace en Kahndaq, durante una protohistoria ficticia datable en el 2600 antes de Cristo.

Toda la historia está resumida en un prólogo, que presenta al niño Teth-Adam transformado en un superhéroe por los Guardianes de la Magia, que ya aparecieron en Shazam! (de David F. Sandberg, 2019), y que más tarde será castigado por su comportamiento abusivo.

Para los seguidores de los personajes DC todo va a aparecer claro y coherente. Para los que no siguen las aventuras en cómic va a ser un poco más difícil, pero en todo caso creo que serán capaces de seguir la aventura en sí.

Como siempre, me interesa la doble lectura.

Kahndaq está sometido a un déspota sanguinario, que exige a un pueblo esclavizado la extracción del Eternium, un mineral de misteriosos poderes. Con éste, el tirano desea confeccionar una corona que le otorgue omnipotencia. Pero Teth-Adam lo impide y aniquila al opresor y su palacio. Después de cinco mil años, la situación sigue igual, puesto que la ciudad y el territorio están ocupados (lo de “ocupados” trae el recuerdo de otros territorios que estuvieron ocupados y que siguen estándolo en varias partes del mundo), por una organización criminal (que puede identificarse como una multinacional). Podría ser una alegoría de un Medio Oriente que resulta siempre perjudicado por “protectores” invasivos, pero la temática se envilece y transforma en una banal exhibición de “Titanes del Ring”.

Además, queda claro que no hay gran diferencia entre el Bien y el Mal: simplemente existe la necesidad de sobrevivir.

Adriana (Sarah Sahi, de origen iraní), y su hijo Amon (Bodhi Sabongi, de padre egipcio y madre judío polaca), buscan la corona de Eternium y —casi sin querer—, liberan a Teth-Adam, que al final cambiará su nombre por Black Adam.

Ellos pertenecen a la Resistencia, pero los acompaña Ismael (Warman Kenzari, holandés de origen tunisino), un ambiguo personaje que recuerda al Loki de Marvel y todo resultará bastante complicado.

Todo esto, porque —¡adiós, spoiler!—, toda la trama se vuelve cada vez más enrevesada con la participación de los miembros de la Sociedad de la Justicia Americana (Justice Society of America), representados por Hawkman (El hombre halcón, Aldis Hoge), el Dr. Fate (El Dr. Destino, un Pierce Brosnan que me da vergüenza ajena), y dos figuras menores del todo inútiles: Átomo (Atom Smasher, un asopado Noah Centineo), y Tornado (Cyclone, la no-binario Quintessa Swindell).

Jaume Collet-Serra (catalán, director de varias películas hechas a medida para el irlandés Liam Neesom), rinde homenaje a El bueno, el malo y el feo, de Sergio Leone (Il buono, il brutto, il cattivo, 1966), y se sirve como columna sonora de Paint It Black de Los Rolling Stones (ya lo había hecho Stanley Kubrick en Full Metal Jackett, 1987), y de Power de Kanye West.

Yo creo que, más que miopía, es oportunismo.

Dwayne Johnson, conocido como La Roca (The Rock), por su pasado de luchador profesional, es el típico caso de un “físicoculturista” al que han hecho hacer carrera como —en otros tiempos—, la hicieron Steve Reeves, Mickey Hargitay o Gordon Mitchell.

Figura destacada por la pinta, atrae a mujeres y homosexuales, que lo buscan no necesariamente por capacidad dramática. En todo caso, aquí está bien porque es un “cartoon” inexpresivo que tiene la ambigüedad de ser “malo”, pero más malo que los otros malos. Su escasa fraseología, compuesta de lugares comunes y de repetición de módulos aprendidos al pasar, deja en claro que su campo es el “wrestling”.

Una reflexión final. Reconozco mi actual ignorancia acerca del mundo de los superhéroes, a pesar de que leí sus aventuras en revistas mexicanas en mi adolescencia. Sin embargo, me confunden tantos personajes paralelos: Doctor Fate, Hawkman, Cyclone y Atom Smasher me recuerdan a Doctor Strange, Falcon, Storm y Ant-Man. Y —según parece—, la MCU (Marvel Cinematic Universe), va ganando la contienda.

Y todo, a pesar del respectivo bonus track. No hay que olvidar que el “wrestling” —como las mejores disputas políticas—, se funda en las “cachetadas de payaso”.

(“Black Adam”. USA, 2022)

TRAILER DEL FILM:
“BLACK ADAM”
 

PRODUCCIÓN:
Warner Bros Pictures Latinoamérica

 

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