Película confusa, que tal vez pecó de ambición. Una trama que pudo ser lineal se enreda al punto de perder fuerza y contenido…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR) 

Círculos de Críticos de Arte de Chile

El neozelandés Russell Crowe (Gladiator, de Ridley Scott, 2000), hizo el experimento de dirigir una película: Promesa de vida ( The Water Divine, 2014), y el resultado fue satisfactorio, como ya escribí en su momento. En Juego perfecto (en realidad Cara de poker), interpreta a Jake Foley, que podría ser su doppelgänger: tiene 57 años, es multimillonario y deberá morir pronto debido a un cáncer al páncreas. Resuelve, por lo tanto, efectuar una reunión final de amigos y ése es el núcleo de la película.

La idea era buena y ya tiene precedentes, como Reencuentro (The Big Chill, de Lawrence Kasdan, 1983), pero para mi gusto Crowe puso demasiada carne sobre la parrilla y ésta se coció mal.

La película empieza con un proemio antes de los créditos de entrada al estilo de Cuenta conmigo (Stand By Me, de Rob Reiner, 1986, según la novela corta El cuerpo / The Body, de Stephen King). En éste, aparecen como adolescentes los personajes que se habrán de reunir años más tarde: viven una situación conflictiva que los marcará para siempre.

Sigue un prólogo con una visita a una galería de arte en la que Foley observa una cascada de agua que le recuerda el episodio y reafirma su intención de esa reunión final en una villa lujosa a la que se llega en automóviles de altísimo costo.

Una muchacha se le acerca para pedirle permiso de participar en un concurso con una fotografía-retrato que le ha tomado. Él la autoriza, pero le asegura que no estará en la premiación. Spoiler: esperen el bonus track de los créditos de cierre.

Se desarrolla una partida de póker que debería resolver los problemas económicos y sentimentales de todos (uno de los amigos es amante de la esposa del protagonista, otro un político arruinado por chantajistas, otro un alcoholizado), y que se ve interrumpida por un atraco guiado por un enemigo del pasado. De ahí para adelante, se transforma en una heist-movie (película de atracos), y pierde su fuerza inicial.

La idea original de Jake era que todos experimentaran la sensación de que van a morir dentro de poco, pero ello se transforma en una realidad de otro tipo.

A todo lo anterior, hay que agregar la llegada de la hija del multimillonario con su actual esposa (la primera murió en un accidente automovilístico), y el previo sacrificio, por parte de los asaltantes, del joven que conocía la clave para abrir el portón de entrada. Pero el desorden aumenta con la presencia de Drew, el gran amigo afro (el músico RZA), y la presencia finalmente inútil de la madrileña Elsa Pataky que, después de repartir las cartas, muestra su hermosa espalda desnuda (al estilo de Penélope Cruz, pero con geométricos tatuajes), resuelve sacar un objeto de la alacena encima del lavatorio y no aparece más. Da la impresión que está ahí como elemento decorativo y por ser, en la vida real, cuñada de Liam Hemsworth, uno de los actores (?). No se explica adecuadamente por qué en esa casa no hay armas: se supone que la mansión misma es inexpugnable. ¡Pero parece que no lo es!

Demasiados elementos en juego, que no se profundizan adecuadamente. No me olvido del chamán y de su droga de la verdad ni de los flashbacks y flashforwards, que se cruzan con la acción en desarrollo. Tal vez habría sido mejor ver todo el relato desde la mirada de Jake.

Pero, aunque suene pedante, sentencio: suum cuique tribuere (dar a cada uno lo suyo).

(“Poker Face. USA, 2022) 

TRAILER DEL FILM:
“JUEGO PERFECTO” 

PRODUCCIÓN:
Trailers In Spanish 

 

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