Buena película policial, que apunta al trabajo científico y a la instropección psicológica en vez de quedarse en el sólo plano de la violencia gratuita…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
La Eleanor Falco, que interpreta magistralmente Shailene Woodley, me recuerda a la Clarice Starling de El silencio de los inocentes (The Silence of the Lambs), de Thomas Harris y sus secuelas, pero sin Hannibal Lecter incluido.
En este caso, el inspector del FBI a cargo (un soberbio Ben Mendelsohn), es también una persona enérgica, decidida y, para estar de acuerdo con los tiempos, es homosexual. Se da cuenta que la joven es un buen elemento por las decisiones que tomó debido al atentado explosivo que dejó 29 muertos.
Se informa acerca de ella y constata que fue rechazado su ingreso al FBI por su adición a narcóticos. Pero es lo de menos, así como en este pequeño grupo (que me trae a la mente a los “intocables” de Elliot Ness), incorpora a un policía afro competente en el manejo de la pistola.
En efecto, Eleanor es una joven con problemas y —por ello—, entra en sintonía con la “forma mentis” del asesino múltiple. Además, es una persona muy observadora, lo que queda en evidencia en todas las tomas subjetivas que muestran como examina a los demás y, en particular, a los que prestan testimonio.
No es una película para ser contada. Tiene suspenso y un desarrollo impecable. Para mi gusto, un reparo es el título, puesto que el “misántropo” por excelencia es el de Molière (1666) y el “killer” en cuestión —mientras se avanza la investigación—, se presenta más bien como una especie de sociópata.
Lo importante es que no se trata de una película en la que la violencia es fin a sí misma: los protagonistas actúan de manera racional y sus peores enemigos son los jefes controlados por los políticos, que quieren sacar su tajada de los acontecimientos.
Doy sólo un dato para entender el alcance que puede tener un buen trabajo científico: el análisis de una camisa arrojada a la basura y de residuos fecales permite saber que su emisor era vegano y, después, que lo era porque había trabajado en un matadero.
Un retrato hablado termina de cerrar el círculo para llegar a la identificación del responsable.
No soy un spoiler al referirme al procedimiento, que es mucho más complejo. Sólo quiero evidenciar que con este análisis de evidencias se obtienen mejores resultados que con soplones.
Quiero agregar un detalle que para mí resulta curioso. La secuencia del matadero me hizo recordar otra película: Animal (de Armando Bo, 2018), en el que Guillermo Francella trabaja en una carnicería. No hay que olvidar que el director Damián Szifrón es argentino y ya estremeció haciendo reír con sus Relatos salvajes (2014).
(Misanthrope. USA, 2022)
TRAILER DEL FILM:
“MISÁNTROPO”
PRODUCCIÓN:
Film Select Español
