Remake de una pièce de boulevard, que arranca carcajadas por su excelente puesta en escena y por la actualidad del feminismo y la manipulación de los medios…

 Por José Blanco J.
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

En 1934 fue estrenada esta pièce de boulevard escrita por Georges Berr y Louis Verneuil, que —en clave de comedia—, defendía la violencia como método de reconquista del poder por parte de las mujeres.

Esta adaptación de François Ozon respeta la puesta en escena teatral con cuadros cuidadosamente separados uno de otro y con personajes “clichés” que, justamente por eso, provocan risa y diversión con un argumento que podría ser trágico.

Incluso, el actor Dany Boon usa un bigote a lo Adolphe Menjou para dar mayor “credibilidad” a su personaje marsellés, que en Francia es sinónimo de embustero.

Dos jóvenes mujeres: Madeleine Verdier (Nadia Tereszkiewicz), una actriz sin trabajo, y Pauline Mauléon (Rebeca Marder, la versión joven de Simone en la homónima película de Olivier Dahan), una abogada que trata de iniciar su carrera.

Ambas se ven involucradas en el asesinato de un productor teatral, que trató de propasarse (¿alusión a Harvey Weinstein?): Madeleine como presunta autora y Pauline como su defensora, que la transforma en una heroína por haber defendido su honra.

Es así como, de dos desamparadas que vivían en un cuartucho, pasan a ser personas acomodadas.

Yo lo cuento así, pero lo sabroso del relato es cómo se van planteando los acontecimientos con personajes caricaturescos, como el juez instructor (Fabrice Luchini) y su maldiestro secretario (Olivier Broche). O el “novio” Édouard Sulpice (André Bonnard), junto a una galería de actores, que me parecía oír los aplausos con que el público acostumbraba saludar su aparición en los teatros de antaño.

Porque reconozco que, en todo momento, me pareció asistir a la representación filmada de una típica comedia protagonizada por Lucho Córdoba y Olvido Leguía, Américo Vargas y Pury Durante, o de la compañía de Susana Bouquet.

Pero falta aún Odette Chaumette (Isabelle Huppert, que no requiere de presentación), antigua estrella del cine mudo, que también quiere su tajada y… ¡No! ¡No debo seguir! Se trata de una diversión demasiado bien desarrollada como para contarla. ¡Véala!

Un detalle: Ozon entrega una información de pasada, cuando coloca en la calle un cartel de la película Mauvaise Graine (Curvas peligrosas, en Chile), de Billy Wilder, con Danielle Darrieux, estrenada en 1934. Con ello ubica al público en la época y prelude el tema del feminismo desatado.

(Mon crime. Francia, 2023)

TRÁILER DEL FILM:
“Ese crimen es mío”

PRODUCCIÓN:
Impacto Cine

 

 

 

 

 

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