Una trama que no se puede tomar muy en serio, pero que entretiene. El título original es “Tierra de mal”, pero creo que queda bien la propuesta en castellano, puesto que —con sutil sentido del humor— “Rescate imposible” alude a que los rescatistas no pueden rescatar al rescatado y, después, se hace imposible rescatarlos a ellos. ¡Bien por Russell Crowe!
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Círculo de Críticos de Arte de Chile
El planteamiento inicial es el de La caída del Halcón Negro (Black Hawk Down, de Ridley Scott, 2001), cumpliendo con el refrán de “ir por lana y salir trasquilados”.
Los hechos ocurren en dos escenarios paralelos: en la selva de Filipinas, donde un comando de la Delta Force debe rescatar a un colaborador de la CIA que está cautivo de terroristas, y en un Centro de Operaciones de Las Vegas, desde el cual un capitán “con muchas horas de vuelo” vigila y controla la situación, manejando incluso un dron lanza-cohetes.
El grupo está formado por tres soldados expertos —Sugar (Milo Ventimiglia), Abel (Luke Hemsworth), Bishop (Ricky Whittle)—, y Kinney (Liam Hemsworth), un recluta apodado “Playboy”. El capitán, que trabaja a distancia, es Eddie “Reaper” Grimm (un carismático y descomunal Russell Crowe).
Por un error, la misión “se pudre” y el rescate fracasa. Empieza, entonces, el rescate de los rescatistas, monitoreado desde Las Vegas. Es ahí donde se luce Crowe al punto que, cuando se ausenta por unos minutos, se produce la hecatombe. Y se llega también a lo inverosímil: todos sus camaradas, desde el coronel hacia abajo, descuelgan el teléfono porque están más interesados en ver un partido de básquetbol en la televisión. Y el suspenso crece mientras Reaper está en el supermercado enredado en la compra de comida vegana para su cuarta esposa, que puede parir de un momento a otro.
Mientras tanto, los “jovencitos” se mueven en un ámbito de “cliffhanger” con tiroteos y peligros inesperados. Después vienen las torturas y las pocas esperanzas de salir vivos.
Pero esto no es Rescatando al soldado Ryan (Saving Private Ryan, de Steven Spielberg, 1998), sino una película de “action movie” de implante machista: hay sólo una protagonista, que es la sargento Nia Brisson (la afroamericana Chika Ikogwe), ayudanta de Reaper, a la que se agrega una enfermera que no aparece más de 10 segundos.
Sin embargo, los hombres son bellos, musculosos y exhiben torsos desnudos repletos de “calugas” que gustan a algunas damas y a muchos lgtbiq+ (indispensables en estos tiempos de “woke”). Y —como en los mejores tiempos—, los buenos son buenos y los malos son malos, dignos de ser aplastados como soldaditos de plomo.
En suma: un producto comercial, que vale sobre todo con Russell Crowe y su negro sentido del humor. El resto gustará a los afánticos del género.
(Land of Bad. USA, 2024).
TRÁILER DEL FILM:
“RESCATE IMPOSIBLE”
PRODUCCIÓN:
Caribbean Cinema RD
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