El clásico de Walt Disney apuntaba a la denuncia de la sociedad conformista y de la diversidad vulnerada. El reboot de Tim Burton, en cambio, exalta la solidaridad de la comunidad de trabajo como substitutiva de la familia natural…
Por JOBLAR
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
Prosiguen las versiones “live action” de los éxitos de dibujos animados de Walt Disney y ésta la dirige nada menos que Tim Burton que, con su estilo inimitable, obtiene un resultado enriquecedor del relato original.
Así como aquél apuntaba a la diversidad vulnerada con el bullying y la explotación, esta película se concentra en la importancia de la familia y la solidaridad que aportan los compañeros en una comunidad de trabajo.
Dumbo es huérfano, pero también los niños Milly (extraordinaria interpretación de Nico Parker, como la pequeña científica) y Joe (Finley Hobbis, un poco obscurecido por su hermana), han perdido a su madre y su progenitor, Holt Farrier, (Colin Farrell) ha perdido un brazo en la guerra y los caballos con que ejecutaba su número. Pero le quedan sus hijos y los deseos de vivir sobre todo por ellos.
El empresario Maxiliam Medici (que no podía ser más que Danny DeVito, a quién recuerdo siempre en el mismo rol en El gran pez / The Big Fish, 2003), está pasando por un mal momento con su circo. Apunta al elefantito que va a nacer y se espanta al ver sus enormes orejas. La acción de un malvado, que recibe su castigo, determina que su madre sea vendida, pero —contrariamente a la otra película donde sólo encontraba el apoyo del ratoncito Timoteo—, aquí son los dos huérfanos de madre los que lo apoyan y descubren su capacidad de volar.
Es decir, Dumbo (que en inglés significa “tonto”) empieza a volar desde un primer momento y despierta la codicia del exitoso empresario Vandevere (Michel Keaton, el cual fue Beetle Juice y Bruce Wayne / Batman para Burton) que lo quiere en su Dreamland (Sueñolandia), consagrando su línea de que es el público el que debe ir al espectáculo y no viceversa.
Entre los nuevos personajes está una bellísima y acrobática Eva Green, que de aparente amante exhibicionista del empresario pasa a ser amiga del circo “pobre” en el que todos hacen de todo. Notable, por ejemplo, que el hombre fuerte también sea el contador y el publicista.
¡A propósito! Desde que vi El espectáculo más grande del mundo (The Greatest Show on Earth, de Cecil B. De Mille, 1952) que no me deleitaba con una puesta en escena tan grandiosa. Y eso que también vi El Gran Circo (The Big Circus, de Joseph M. Newman, 1959).
No seguiré adelante con el análisis, porque la película hay que verla. Lo que se debe dejar en claro es que Burton ha realizado un reboot de la película. Los realizadores de Disney denunciaban a la sociedad conformista como un círculo cerrado, que no abría las puertas al que era diverso y que —por ello— era un círculo frágil e inestable.
Un párrafo aparte merecen la transformación del sueño alcohólico de Dumbo (con elefantes rosados) en parte de un espectáculo con burbujas y cómo Burton expresa su gusto gótico con una Isla de la Pesadilla, que será un símbolo de prisión y, luego, de libertad.
(Dumbo. USA, 2019)
TRAILER DEL FILM:
“DUMBO”
PRODUCCIÓN:
SensaCine Trailers