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Una
original exposición:
Regalos
de Reyes para Providencia y Santiago.
En
el Museo de Los Tajamares, hasta el 24 de enero del
2003.
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De
acuerdo a la tradición occidental, Diciembre es
un mes de festividades religiosas, de alegría y júbilo
por el nacimiento del
Niño Jesús, hace ya dos mil años,
en un humilde portal de Belén.
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Luego se celebra la Epifanía, el 6 de enero, considerada una de las
fiestas litúrgicas más antiguas conocida (aún más
que la misma Navidad). Comenzó a celebrarse en
Oriente en el siglo III y en Occidente se la adoptó
en el curso del siglo IV de nuestra era.
La palabra Epifanía, proviene de una voz griega que
significa "manifestación", pues Dios
Todopoderoso –según la religión Católica-- se
reveló a los paganos en la persona de los Reyes
Magos.
Para
la cultura occidental, la Epifanía es popularmente el
Día de los Reyes Magos, quienes vinieron a adorar al
pequeño Jesús guiados por una estrella que los
condujo junto al Niño Divino.
En esta adoración se ha visto la aceptación de la
divinidad de Jesucristo por parte de los pueblos
paganos. Los Reyes Magos supieron utilizar sus
conocimientos --en su caso, la astronomía de su
tiempo-- para descubrir al Salvador, prometido por
medio de Israel, a todos los hombres.
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PREGUNTARON
POR EL REY
El
sagrado misterio de la Epifanía está referido en el
evangelio de san Mateo. Al llegar los Magos a Jerusalén,
éstos preguntaron en la corte el paradero del
"Rey de los judíos".
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Los maestros de la ley supieron
informarles que el Mesías del Señor debía nacer en
Belén, la pequeña ciudad natal de David; sin embargo,
fueron incapaces de ir a adorarlo junto con los extranjeros.
Los Reyes Magos, llegados al lugar donde estaba el
niño con María, su madre, ofrecieron oro, incienso
y mirra, sustancias preciosas en las que la tradición
ha querido ver el reconocimiento implícito de la realeza
mesiánica de Cristo (oro), de su divinidad (incienso)
y de su humanidad (mirra).
A Melchor, Gaspar y Baltasar –nombres que les ha atribuido
la leyenda, considerándolos tres por ser triple el
don presentado, según el texto evangélico--, puede
llamárselos adecuadamente “peregrinos de la estrella”.
Los orientales llamaban magos a sus doctores; en lengua
persa, mago significa "sacerdote". La tradición,
más tarde, ha dado a estos personajes el título de
Reyes, como buscando destacar más aún la solemnidad
del episodio que, en sí mismo, es humilde y sencillo.
Esta atribución de realeza a los visitantes ha sido
apoyada ocasionalmente en numerosos pasajes de la
Escritura que describen el homenaje que el Mesías
de Israel recibe por parte de los Reyes extranjeros.
La Epifanía, como lo expresa la liturgia, anticipa nuestra participación
en la gloria de la inmortalidad de Cristo manifestada
en una naturaleza mortal como la nuestra. Es, pues,
una fiesta de esperanza que prolonga la luz de la
Navidad.
La tradición de estos tres personajes, como generosos
proveedores de juguetes y regalos a los niños, es
relativamente reciente y fue adoptada en unos cuantos
países latinos, arraigando particularmente bien en
España y desde allí hacia Hispanoamérica.
Los Reyes Magos no comenzaron a traer juguetes a los
niños sino hasta mediados del siglo XIX. Con anterioridad
sus regalos se limitaban a cosas relacionadas con
las necesidades de la vida cotidiana antes que con
las del ocio.
El rey Gaspar era el encargado de obsequiar con algunas
golosinas, miel o frutos secos; Melchor tendía más
a lo práctico y su fuerte era la ropa o los zapatos
nuevos; Baltasar jugaba el peor papel al tener que
ocuparse de castigar a los niños traviesos dejándoles
carbón o leña como regalo (aunque su dureza se suavizó
bastante en este siglo, cuando transformó sus odiados
presentes de carbón, leña, patatas y piedras en otros
similares... pero hechos de azúcar y mazapán).
La leyenda festiva de los Reyes Magos copió el mismo
esquema que ya regía, desde hacía siglos, en las tradiciones
nórdicas y centroeuropeas, en las que duendes buenos
y malos se encargaban de dar a cada niño lo merecido,
y que también acabaron por ser nombrados colaboradores
de San Nicolás y Santa Claus (Viejito Pascuero ó Papá
Noel) en su anual reparto navideño.
La costumbre, que se ha mantenido viva hasta algo
más de la primera mitad del siglo XX, exigía que los
niños depositasen sus zapatos limpios en el balcón,
la noche de Reyes, para recibir junto a ellos, durante
la madrugada, los presentes de los magos. Mucho más
reciente aún es la costumbre de los regalos de Reyes
para los adultos, que no ha sido más que la consecuencia
lógica de la sociedad moderna.
En esta línea se inscribe la presente exposición,
una selección de importantes piezas religiosas provenientes
de colecciones privadas y la presencia de libros e
imágenes miniadas provenientes de la Biblioteca Apostólica
Vaticana. Regalos de Reyes para Providencia y Santiago.
Lugar: Museo de los Tajamares
Fecha: Hasta el 24
de enero de 2003
Horario: Martes a domingo de 10:00 a 20:00 horas
Dirección: Avda. Providencia 222
Teléfono: 340 7329
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