“¡POR LA VIDA!” — JOBLAR COMENTA ESTRENOS DE CINE

Encuentro de dos seres semidestruidos por sus propias “trancas” y por las expectativas de un futuro incierto. Pero siempre hay una posibilidad de redención…
Se puede ver en
www.arcadiafilms.cl

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

Difícil no contar la película, sobre todo porque está marcada por la ideología alemana del pedir perdón por los crímenes cometidos por los nazis y, en particular, contra los judíos (a pesar de que no se toma en cuenta a gitanos, homosexuales, discapacitados físicos y mentales, bielorusos, estonios, letones, lituanos, ucranianos, además de Testigos de Jehová).

El director, Uwe Janson, nació en 1959 y su historia se desarrolla en la Berlín del siglo XXI, cuando son ahora los israelitas los que llevan a cabo una política similar en los territorios ocupados de Palestina.

La premisa de la culpa está presente en todo el relato, que se desarrolla de manera ágil narrando el encuentro de dos personajes disímiles, que se encuentran y terminan apoyándose en vista de su futuro incierto. O sea, es la temática de Candilejas, de Charles Chaplin (Limelight, 1952) en la que un viejo artista cesante de origen judío salva a una joven que intenta suicidarse.

Aquí es un joven subocupado que salva a una vieja cantante de cabaret  que intenta suicidarse. Él la rescata de la clínica de enfermos mentales en la que la habían recluido, después de enterarse de su vida a través de rollos de películas, que conserva en el departamento al que ha sido obligada a transferirse después de un lanzamiento judicial.

Jonas (Max Riemelt) es un fugitivo de su novia por razones que se conocerán más adelante y vive dentro de una camioneta, que le roban cuando lleva a la anciana Ruth (la gran actriz alemana Hannelore Elsner) al hospital donde la reaniman. Se ve obligado a quedarse en el departamento al que la ayudó a trasladarse cumpliendo con su trabajo precario de mudanzas y —en su soledad— proyecta las películas, descubriendo que ella se exhibía en clubes nocturnos y que estaba enamorada del que filmó sus presentaciones. Se trataba de un cierto Viktor, que se parece extrordinariamente a Jonas (el actor ejecuta los dos papeles) y fue uno de los detonantes de su trágica decisión.

Ruth joven está interpretada por la actriz judía Sharon Brauner (su tío, el productor Artur Brauner, es el autor de la idea, mientras que ella tiene un parecido con Natalie Portman) y su existencia azarosa se revela a través de flashbacks en blanco y negro que se presentan en sus sueños. Su etapa intermedia (con Viktor, reciben con esperanzas el año 1973, se comprometen, pero no se casan por una razón que el espectador también conocerá) está en las filmaciones que Jonas redescubre.

En resumen: una buena película en cuanto a montaje y actuaciones. Más discutible resulta su trasfondo ideológico. El título (Lejaim!, en hebreo) alude al brindis que se hace con el vino que atrae a la vida, que es la Luz de la Torá. Pero, en este caso, es el “¡Salud!” que repiten incansablemente mientras se emborrachan con vodka.

Se puede ver en
www.arcadiafilms.cl
 

(Auf das Leben! Alemania, 2014)

 TRAILER DEL FILM:

“¡Por la vida!”

PRODUCCIÓN:
Demasiado Cine!

 

 

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