Película hecha a la medida para Melissa McCarthy, que luce su histrionismo y hace recordar esos tiempos en que se iba a ver la película por la actriz y no por el director o el argumento…
Por JOBLAR
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile.
La temática no es nueva en Hollywood, pero había sido casi siempre en clave masculina. Recuerdo a Bing Crosby en Mi papá va al colegio (Hight Time, de Blake Edwards, 1960) y a Rodney Dangerfield en Volver al colegio (Back to School, de Alan Metter, 1986). Ambos decidían estudiar por razones diversas: uno para tener una experiencia que siempre soñó; el otro, para ayudar a su hijo.
Los elementos cómicos están en el contraste entre jóvenes y viejos, a pesar de que, con los actuales parámetros, la distancia etaria se ha ido acortando.
De hecho, una mujer de 47 años ya no es “una señora de 47 años” (ni siquiera una “milf”) y puede tener sexo con un veinteañero, aunque reconoce que no es capaz de mochilear en Europa.
Noté a Melissa en Damas en guerra (Brides maids, de Paul Feig, 2011) y dije: “¡Esta gordita se roba la película y va a dar que hablar!”… Y así fue: en St. Vincent (de Theodore Melfi, 2014), junto a Bill Murray y Naomi Watts, Spy: Una espía despistada (Spy, de Paul Feig, 2015) y en la discutible versión femenina de Cazafantasmas (Ghostbusters, de Paul Feig, 2015).
Me recuerda los tiempos en que iba al cine no por el director o por el argumento, sino porque trabajaba Doris Day o Shirley MacLaine.
El director de El alma de la fiesta es Ben Falcone, colaborador de Feig y que, en Damas en guerra, era el oficial de cabina en el avión. Y sigue el estilo de películas que hacen reír con el enfrentamiento de situaciones absurdas que se dan en la vida cotidiana.
El marido abandona a Deanna por una mujer más joven y ella, en vez de echarse a morir, decide entrar a estudiar arqueología en el mismo colegio que su hija.
Es uno de los tantos mensajes feministas de la película, que pasa un aviso acerca de la importancia de tener una profesión para asegurarse una autonomía económica.
Pero no es el único, puesto que —enmarcada por un excelente reparto de actrices jóvenes— deja en evidencia los intereses de una generación que no busca sólo divertirse, como suele ocurrir en tantas producciones de “nerds” y de “american pie”.
Para mi gusto, se destaca la hija (Molly Gordon) y el apoyo que presta Maya Rudolph, la amiga que se casaba en Damas en guerra.
¡Y hay un cameo que es toda una sorpresa!
(Life of the Party. USA, 2018)
TRAILER DEL FILM:
“EL ALMA DE LA FIESTA”
PRODUCCIÓN:
Cine Movs Trailers
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