Relato clásico australiano, recuerda antiguas películas acerca de la amistad entre un niño y un animal. En este caso, es un pelícano, que ahora es una especie vulnerable…
Por JOBLAR
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
Los Estudios Disney se especializaron en producir películas en los que niños se encariñaban con animales y sufrían las consecuencias. Recuerdo, por lo menos, tres: El pequeño proscrito (The Littlest Outlaw, de Roberto Gavaldón, 1955) con un caballo; El niño y el toro (The Brave One, de Irving Rapper, 1956) con un novillo; y Su más fiel amigo (Old Yeller, de Robert Stevenson, 1957) con un perro.
Historias lacrimosas que mostraban niños que sufrían, pero que encontraban la felicidad junto a seres irracionales que demostraban mayor sentimiento que los humanos.
En Amigos para siempre, el amigo es un pelícano volátil que ha tenido siempre una relación conflictiva con el hombre, puesto que obstaculizaba la pesca comercial y recreativa. En la actualidad, como muestra la película, su hábitat se ha visto reducido por la destrucción del ecosistema, la sobrepesca, la contaminación ambiental y la caza “deportiva” del pájaro indefenso.
El clásico relato australiano Storm Boy (Niño de la tempestad), de Colin Thiele, ya fue llevado a la pantalla en 1976, dirigido por Henri Safran y protagonizado, entre otros, por David Gulpilil, un Yolngu de la tribu Mandhalpuyngu, que apareció en Cocodrilo Dundee (Crocodile Dundee, de Peter Fairman, 1986) y Australia (de Baz Luhrmann, 2008), que también está presente en este remake como un viejo aborigen que rehúye la civilización.
Trata de un retirado hombre de negocios (Geoffrey Rush), que relata a su nieta cómo vivió en un lugar apartado de la costa australiana, junto a su padre y a un indígena, teniendo como gran amigo a un pelícano, al que dio el nombre de Mr. Percival.
A él cuando niño lo llamaban Storm Boy (hermosa y creíble interpretación de Finn Little) y su apacible vida se veía interrumpida por los cazadores furtivos y la falta de respeto por la naturaleza. La antropomorfización del ave y su actuación en una tensa secuencia de rescate del padre del niño (digna de verse) aumentan el compromiso del espectador con los acontecimientos. Además, el hecho de que estén presentados como un flashback aumenta el compromiso con lo que pasó.
No está demás que recuerde que el pelícano en el mundo paleocristiano representó la Pasión de Jesús y la eucaristía, porque se creía que se hería el pecho para dar de comer a las crías con su sangre. Es también un ave heráldica en Rumania, San Cristóbal y Nieves, Barbados, Saint Maarten y la Universidad Estatal de Luisiana.
(Storm Boy. Australia, 2019)
TRAILER DEL FILM:
“AMIGOS PARA SIEMPRE”
PRODUCCIÓN:
New Century Films