“¡SHAZAM!” — Comentario de CINE

Poco queda del personaje de los años ‘40. Ahora se trata de un niño, al cual entregan poderes que le permiten actuar con cuerpo de adulto, mientras constata que la verdadera familia es aquélla que te ama y con la que compartes…

 Por JOBLAR

Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
 

Vi la serie El Capitán Maravilla (Adventures of Captain Marvel, de John English y William Whitney, 1941) como un solo largometraje por allá por el año 1958. En ella, Billy Batson era un locutor de radio, que participaba en una expedición arqueológica y recibía los poderes de un superhombre que le otorgaba el mago Shazam. Después, los miembros del grupo empezaban a ser asesinados uno por uno por El Escorpión, que estaba reuniendo unos lentes que permitirían hacer funcionar un arma de destrucción masiva. La identidad del misterioso individuo se conocería en el último capítulo.

De ese personaje, sólo quedan los poderes, puesto que —transformado en cómic— Billy (Asher Angel) es un niño que fue abandonado por su madre y que, después de haberse escapado de varios orfanotrofios, termina en la casa de un matrimonio que acoge a niños con problemas de adaptación. En un momento, escapando en la metropolitana, llegará a una caverna en la que el mago Shazam le otorgará los poderes que adquirirá al decir su nombre. Y así aparece el protagonista adulto (Zachary Levi) con mente infantil.

Pero —en un prólogo— el espectador ya había estado en ese misterioso lugar, donde  siete monstruosas esculturas de piedra (los siete pecados capitales) esperaban su momento para atacar a los habitantes de la Tierra. Allí había llegado otro niño, Thaddeus (Ethan Pugiotto), despreciado y vilipendiado por su padre y su hermano mayor. Con un peligroso accidente automovilístico como accesorio, tuvo la misma posibilidad que Billy, pero perdió la oportunidad.

Años más tarde, ese niño es el Dr. Sivana (Mark Strong), que busca el templo subterráneo para vengarse.

En suma, se trata de dos inadaptados con destinos diferentes, que deberán cruzarse. Pero la película apunta más que nada a divertir con un tema que el cine ha tocado varias veces (baste recordar Quisiera ser grande / Big, de Penny Marshall, con Tom Hanks, 1988).

Me hace recordar la famosa frase política “¿Le daría una locomotora a un niño?”

Y lo que es más importante aún: la verdadera familia es la que te ama y la que te permite compartir. En ese hogar, hay niños y jóvenes adultos que tienen su propia personalidad, su propia vulnerabilidad y su propio sentido del humor. Allí destacan el minusválido Freddy Freeman (Jack Dylan Thomas, ya conocido como Eddie Kaspbrak, en It, de Andy Muschietti, 2017) y Darla (Faithe Herman), la morochita con verborrea.

Alejándose del tono dark de Jack Snyder (Liga de la Justicia / Justice League, 2017) aquí se apela a la ironía como en el reciente Aquaman (de James Wan, 2018), agregando algunas citas en las que aparecen Superman y Batman. También la violencia está medida: en el inevitable enfrentamiento final se recurrirá más a la inteligencia que a los golpes y no provocará la destrucción total de buena parte de la ciudad.

(“Shazam!” – USA, 2019)

 

TRAILER DEL FILM:
“¡SHAZAM!”

 PRODUCCION:
FilmSelect Español

 

 

 

 

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