Versión rusa del desastre nuclear del 26 de abril de 1986… Combinando personajes y hechos reales, el cineasta Danila Kozlovsky dirige y protagoniza una historia verídica que, por advertencia de los créditos de apertura, no se ajusta completamente al destino de los protagonistas…
Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)
Miembro del Círculo de Críticos de Arte de Chile
El incidente del reactor nuclear de Chernobyl, acaecido el 26 de abril de 1986, ha dado origen a una serie de películas, sobre todo del género terrorífico. Comenté hace algún tiempo Terror en Chernobyl (Chernobyl Diaries, de Bradley Parker, 2012), que se inclinaba por el subgénero de los mutantes.
En todo caso, el temor por el uso (incluso pacífico) de la energía nuclear ya había puesto en alerta a la literatura. Es así como Arkadi y Boris Strugatski publicaron, en 1972, la novela Picnic extraterrestre, que habría de llevar al cine Andréi Tarkovski con el título de Stalker, en 1979. En cambio, apegada a los testimonios de los sobrevivientes, en 1997, la escritora bielorrusa Svetlana Aliexiévich (que ganó el Premio Nobel de Literatura 2015), escribió Voces de Chernobyl. Y, basándose en ese libro, la plataforma HBO produjo en 2019 una exitosa miniserie, que no he tenido la ocasión de ver aún.
Algunos piensan que el Chernóbil, que comento, es la respuesta rusa a esa producción, pero me resulta que el proyecto es muy anterior. Lo que sí queda en claro es que el joven cineasta (nacido un año después de la tragedia) Danila Kozlovsky dirige y protagoniza una historia basada en hechos reales, pero los créditos de apertura advierten que se han cambiado varios aspectos biográficos de los personajes.
En efecto, en un comienzo la película tiene un desarrollo romántico con el reencuentro de una pareja después de 10 años y el descubrimiento de que tienen un hijo en común. Es precisamente el niño uno de los primeros testigos y víctimas de la explosión. Alexey, que es el nombre del bombero de la central eléctrica, acepta la misión casi suicida de evitar una nueva explosión provocada por el núcleo del reactor fundido.
Sin ser spoiler, refresco la memoria: tres “liquidadores” fueron los héroes que se atrevieron a descender a los profundos corredores inundados del edificio para impedir que el núcleo radioactivo provocara otra explosión de vapor al entrar en contacto con el agua de refrigeración que estaba debajo del reactor. Ese habría sido un desastre, que pudo comprometer a buena parte de Europa.
Ahí está la gran diferencia con una producción estadounidense, que habría puesto a superhombres a realizar la tarea o mucho “suspenso cinematográfico”, como en Las torres gemelas (World Trade Center, de Oliver Stone, 2005). Chernóbil apunta más bien a seres humanos que tratan sólo de cumplir con su deber con la certidumbre del titán: en esa empresa su pasaje probablemente será sólo de ida.
También es muy sutil la crítica al régimen soviético, con carteles propagandísticos y la importancia de la celebración del 1º de Mayo. A los voluntarios se les ofrece un departamento en Moscú y su garante es el mismísimo Secretario General. Mientras tanto, se retarda el anuncio de la explosión, se acentúa la exigencia de confiar en las autoridades, no se decide evacuar inmediatamente a los habitantes que corren el riesgo de contaminación. ¿Suena a cosa conocida?
El hecho es que la incapacidad del régimen dejó en claro que ya no tenía el control de la situación y —más que la perestroika y la glasnost—, ayudó al resquebrajamiento de la URSS: los primeros síntomas se vieron en Crimea, donde se interrumpió la construcción de una Central Nuclear (1988), en Kazajistán (1989) y en Estonia, con las protestas por la explotación de fosfatos (1991).
En la película, el jefe de ingenieros —a quien se va a reprender por el accidente— se atreve a decir que la burocracia y la corrupción tenían la culpa que “el reactor fuera construido para explotar”, y su jefe político le responde que la corrupción es como la radiación: “invisible, siempre presente y eterna”.
Que quede en claro que, en ello, alude a la ya fenecida Unión Soviética.
(“Chernóbil / Kogda padali aisty. Rusia, 2020)
TRAILER DEL FILM:
“CHERNÓBIL: LA PELÍCULA”
PRODUCCIÓN
The Nova Geek
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