Un período de la vida de Priscilla Beaulieu (más conocida por su apellido de casada), que pone en evidencia la vacuidad de una existencia en la que estaba convertida en un objeto decorativo sin voluntad propia alguna…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

En mi opinión, Sofia Coppola no sólo ha hecho muy buen uso del libro autobiográfico de Priscilla Beaulieu viuda de Presley, sino que —desde el punto de vista cinematográfico—, ha dado una prueba más de su feminismo sobrecogedor.

Voy a juzgar (eso significa “criticar”), la película por lo que es: un producto en sí.

Empiezo por la protagonista, Cailee Spaeny, que encuentro realmente extraordinaria. Me parece increíble que esa mujer de  25 años represente a la perfección a una “pajarita” ingenua y virginal de 14 años, que nunca superó 1,55 m. Priscilla, en la vida real, tiene 1,63 m; pero Elvis tenía 1,81 y Jacob Elordi, que lo interpreta, tiene 1,96. No es un dato menor, porque incrementa su calidad de pareja dispareja.

La directora deja al ídolo por los suelos. Fuera del hecho de que el que vive de pastillas mal acaba, Elvis es un tipo dominante que agrede más por temor que por prepotencia. La fama que debe mantener, junto al trabajo incesante que le permite llevar una vida lujosa en Memphis, hacen de él un tirano que transforma a Priscilla en un objeto decorativo, al que impone todo: color del pelo, vestidos, terminar sus estudios y prohibición de trabajar.

Al mismo tiempo, su respeto para con la muchachita, cuyas hormonas hierven en la edad del desarrollo, deja la duda de una cierta impotencia. De hecho, cuando comenta su trabajo con Úrsula Andress, pone en claro que le infunde temor porque parece hombre.

Mientras tanto, las revistas del corazón especulan acerca de sus relaciones con las coprotagonistas de sus películas.

Por otro lado, el de Priscilla no parece ni verdadero amor ni capricho. No está enamorada de un hombre real; es como el hombre mayor que no está enamorado de una adolescente, sino de la imagen de juventud de ella. Es la admiración de la teenager, que acepta su rol de muñequita complaciente, de princesa prisionera de un mundo que no le agrada, mientras que se la comen los celos debido a un marido siempre ausente. Por momentos, la fotografía, que se solaza en presentar una mansión espléndida pero vacía, me recordó el Xanadu del Ciudadano Kane.

Para los que no se han dado cuenta, es una nueva versión de María Antonieta – La reina adolescente (Marie Antoinette, 2006), en la que se luce una Kirsten Dunst, que ha sido destinada a una tarea que debe cumplir: tener un hijo que herede la corona francesa.

Definitivamente, ésta tampoco es una romántica historia sentimental. Priscilla tiene derecho a su felicidad y, por ello, cuando ya tiene 28 años decide separarse. Con todo, no se puede decir que la vida la haya tratado mucho mejor: baste pensar en el destino de su hija Lisa Marie.

(Priscilla. USA / Italia, 2023).

 

 TRAILER DEL FILM:
“PRISCILLA”
(VER EN YouTube) 

DISTRIBUCIÓN:
Bf Distribution

 

 

 

 

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