El mundo de los poderosos, que disfrutan de la vida, está separado apenas por una muralla de un campo de exterminio, donde gobierna la Muerte. Realidad adscrita a la especie, que mantiene plena vigencia en este Tercer Milenio Cristiano…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile

 

¿Qué sentido tiene gastar millones de dinero para producir una película como ésta? No sé si mi respuesta será satisfactoria, pero —como simple espectador—, creo que la respuesta se encuentra en la necesidad de justificar un período nefasto de la Historia de la Humanidad, como si fuera adscrito a la especie el desinterés por el destino del otro mientras yo me encuentre bien, lo que está vigente sobre todo en este Tercer Milenio de la Era Cristiana.

¿De qué trata esta Zona de interés?

Todo comienza con un picnic familiar junto a un  río y un regreso a una lujosa mansión, con hermoso parque y jardines. El público se entera que el “dueño de casa” es Rudolf Höss, un militar alemán de alto rango al que, incluso, le celebran el cumpleaños.

Todo bello y descontaminado, niños que juegan, esposa que da instrucciones a la servidumbre, existencia placentera y cielos limpios. Esto último, mientras no surja una nube negra desde el otro lado del muro donde “funciona” el campo de exterminio de Auschwitz, que indica que están cremando cadáveres.

Ya comenté la película alemana La conferencia (Die Wannseekonferenz, Alemania, 2022), de Matti Geschonnek, 2022), que reconstruye la reunión del 20 de enero de 1942 junto al lago de Wannsee en la que los jerarcas nazis planifican con perfecta lucidez “la solución final”. Viene al caso “la banalidad del mal”, que tan bien explica otra película: Hannah Arendt, (de Margarethe von Trotta, 2012). Esto es, el que ejecuta órdenes siempre encontrará allí su justificación para consumar la maldad que lleva adentro.

Y, en Chile, puedo citar otros tres filmes que hablan de una realidad aún más reciente: Amnesia (de Gonzalo Justiniano, 1994), Carne de perro (de Fernando Guzzoni, 2012), y Bestia (de Hugo Covarrubias, 2021). Éste último, con animación stop motion y muñequitos, que evidencian aún más la rigidez e imperturbabilidad de la protagonista, miembro uniformada de Carabineros, que tortura por órdenes del régimen.

El director judío británico, Jonathan Glazer, contrapone la percepción subjetiva a la realidad objetiva y es muy hábil para hacer copartícipe a las espectadoras y los espectadores del apacible ménage familiar que se ve separado de las atrocidades que ocurren al otro lado del muro.

A fin de cuentas, parece que el público ha estado demasiadas veces en un campo de concentración (incluso, en este momento, Auschwitz es una atracción turística), y está bien que se distraiga con una familia que disfruta del mundo nuevo ofrecido por los nacionalsocialistas a sus seguidores.

¿A quién le puede extrañar esto, si en este momento las víctimas se han transformado en victimarios y llevan a cabo su propia “solución final” con el pueblo palestino, mientras los que podrían evitarlo toman felices un placentero té en sus hogares?

(The Zone of Interest. 2023) 

TRAILER DEL FILM:

“Zona de interés”

 PRODUCCIÓN:
Film Select Español

 

 

 

 

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