“SECRETOS DE UN ESCÁNDALO” — JOBLAR COMENTA ESTRENOS DE CINE

El voyerismo del cine se aplica para desempolvar un escándalo de crónica, que viene a exacerbar la perversidad personal y social, impidiendo la autenticidad de los individuos. Para personas de criterio formado…

 Por José Blanco Jiménez
(JOBLAR)

Círculo de Críticos de Arte de Chile
 

El caso de Gracie Atherton-Yoo fue verdaderamente un escándalo hace dos décadas, porque fue una maestra de 36 años que sedujo a Joe, un niño de origen coreano de 13 años, quedando embarazada. Pero ella ya tenía hijos y a su nueva criatura la parió en la cárcel.

Cuando el niño llegó a la edad adulta, se casaron y —en el momento del film—, son padres de tres adolescentes.

La trama comienza cuando en la casa del matrimonio ya consolidado se presenta Elizabeth, actriz de películas eróticas, que quiere filmar la historia de Gracie y Joe a partir de las vivencias de amb@s y de las informaciones que puedan entregarles familiares y amistades.

El director, Todd Haynes, ya remeció las plateas con Carol (2015), que presentaba el amor lésbico entre Cate Blanchett y Rooney Mara. En este caso, el voyerismo de l@s espectador@s crecerá en la medida que Elizabeth se dedique a escarbar en los detalles de lo que fue un caso de corrupción de menores. ¿O acaso lo sigue siendo?

Según el método Stanislavski, el actor o la actriz debe estudiar al personaje que llegará a interpretar a fondo, hasta identificarse completamente con él. Y es lo que hace Elizabeth, pero con perversidad, informándose acerca de los detalles más íntimos con el ex marido, con el trepador hijo del primer matrimonio, que —con tal de obtener la musicalización de la película—, está dispuesto a entregar información de un presunto abuso infantil del que habría sido víctima su madre. Y la actriz empieza a comportarse como la víbora de la secuencia final mientras Joe es como la crisálida que aspira a ser un insecto adulto.

El título original (May December) pone juntos a un mes primaveral con uno invernal, de acuerdo con el hemisferio del Norte. Y es la simbiosis de los cónyuges cuya relación, aparentemente estable, se ve remecida por esa mujer más joven que, durante una charla en la escuela de teatro de una de las hijas del matrimonio, declara —en una película—, que las secuencias sexuales son tan irritantes como fascinantes y que a veces “se deja llevar por la química con los coprotagonistas”.

Y agrega: “Bueno, todos tenemos sentimientos genuinos con el resto de los seres humanos y se da tanto en la interpretación como en la vida real. Hay que saber gestionarlo y no confundir nuestro trabajo con nuestras emociones. En mi caso, nunca me he sentido cómoda con las secuencias de sexo”.

Me parece fundamental poner la cita completa puesto que, más adelante, después de una ardiente y fundamental secuencia, afirmará: “Esto es lo que hacemos las personas adultas”.

Y creo que una vez más se mezcla la ficción con la realidad, porque Neta-Lee Hershlag (actriz israelita que se hace llamar Natalie Portman), ha sido sexualizada y se le ha visto como Dios la echó al mundo desde que era niña. Sin olvidar su encuentro sáfico de alto voltaje con la actriz judía ucraniana, Mila Kunis, en El Cisne Negro (Black Swan, de Darren Aronovsky, 2010).

La relación entre Gracie y Elizabeth recuerda Persona, de Ingmar Bergman (1966), con reiteradas secuencias especulares (incluso con espejos propiamente tales, como aquélla en que la hija se prueba un vestido tras otro), que se transforman en un sutil juego del gato y el ratón.

Pero aquí no se trata de un transfert entre dos mujeres, sino más bien en un juego de seducción no necesariamente erótico, sino de dominio.

Julianne Moore (que ha protagonizado un centenar de películas), es particularmente convincente en su rol de mujer que revela en sus gestos una compulsión al control de sí misma y de los demás. Una frase tan sencilla como “van a faltar salchichas”, puede interpretarse en doble sentido. Por otro lado, la lectura de la carta que escribió a Joe cuando era niña por parte de Elizabeth en un monólogo frente al público representa la identificación completa.

Terminada la cinta, me quedó un sabor amargo, porque representa el triunfo de la perversidad: Gracie es un monstruo, pero consigue no aparecer como tal; Elizabeth succiona la vida de los demás para transformarlas en éxitos para su carrera. Y en el medio, como un monito porfiado, está el joven marido (buena actuación de Charles Melton), que parece hermano de sus hijos (la escena del cigarrillo es una de tantas que lo demuestran), y su condena es la de no tener vida propia.

Mientras tanto, la sociedad apunta con el dedo y, no sólo exacerba las diferencias, sino que impide que las personas puedan ser auténticas. Y la verdad es que resulta difícil en un ámbito en el que no se distingue lo lícito de lo ilícito y en el que la verdad no es nunca una sola, sino que se disuelve en matices éticos y estéticos inestables.

¡Buena! Pero para personas de criterio formado. 

(May December. USA, 2023) 

TRÁILER DEL FILM:
“SECRETOS DE UN ESCÁNDALO”

 PRODUCCIÓN:
Diamond Films España

 

 

 

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